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Alejandra Gonzalez

Cómo tus Pies Influyen en el Equilibrio de tu Pelvis Parte 1

Pronación y tu Equitación: Cómo tus Pies Influyen en el Equilibrio de tu Pelvis


¿Alguna vez te has dado cuenta de cómo tus pies afectan tu asiento al montar? Para muchos jinetes, es fácil enfocarse en la postura , pero hay una conexión a menudo pasada por alto entre cómo los pies descansan en los estribos y cómo la pelvis se alinea en la montura. Un elemento clave que juega un papel importante en esta conexión es la pronación: la forma en que el pie gira hacia adentro y el arco se aplana. Este movimiento aparentemente sutil puede afectar profundamente tu equilibrio, la posición de la pelvis y la experiencia al montar.



¿Qué es la Pronación?


La pronación ocurre cuando el pie gira hacia adentro al pisar o al poner peso sobre él. Si alguna vez has notado que la parte interior de tus zapatos se desgasta más rápido que la exterior, eso es una señal de que podrías estar pronando. Con la pronación, el arco de tu pie se aplana, lo que permite que una mayor parte de la superficie del pie entre en contacto con el suelo, o en nuestro caso, los estribos.


Pero, ¿cómo afecta esto tu forma de montar? Cuando tu pie prona, provoca la rotación interna del fémur (hueso del muslo). Esta rotación interna puede inclinar la pelvis hacia adelante, una posición conocida como inclinación pélvica anterior. A medida que la pelvis se inclina hacia adelante, la parte baja de tu espalda se arquea más de lo habitual, lo que ejerce presión sobre la región lumbar y los músculos del suelo pélvico.


¿Por Qué es Importante para los Jinetes?


Para los jinetes, mantener el equilibrio en la silla es fundamental. Cuando los pies están en pronación, esa inclinación pélvica hacia adelante altera tu equilibrio natural, lo que dificulta mantenerte alineado con los movimientos del caballo. A medida que tu pelvis se inclina hacia adelante, tu asiento se vuelve menos estable y podrías tener más dificultades para seguir el movimiento del caballo de manera fluida. Este desajuste puede crear tensión en la parte baja de la espalda e incluso provocar incomodidad o dolor con el tiempo.


La pronación también puede afectar los músculos del suelo pélvico, que ayudan a estabilizar tu core. Cuando la pelvis se inclina hacia adelante, estos músculos se ven sometidos a estrés, reduciendo su capacidad para proporcionar el apoyo que tu cuerpo necesita mientras montas. Con el tiempo, esto puede llevar a un asiento más débil, menos estabilidad en la silla y mayor incomodidad, especialmente durante paseos largos.



Cómo Evaluar si Estás en Pronación


Entonces, ¿cómo puedes saber si tienes pronación, y qué significa esto para tu equitación? Aquí hay algunas formas simples de verificar:


1. Prueba del Pie Mojado: Humedece las plantas de tus pies y písalos sobre una superficie seca (como una toalla de papel). Si ves una huella completa de tu pie, con poco o ningún arco visible, es una señal de que estás en pronación.

2. Prueba de Desgaste del Calzado: Revisa las suelas de tus botas de montar o zapatos. Si los bordes interiores muestran más desgaste que los exteriores, esto podría indicar que estás girando tus pies hacia adentro al montar.

3. Siente tu Posición en la montura: Mientras montas, presta atención a si tu pelvis parece inclinarse hacia adelante. ¿Sientes tensión extra en la parte baja de la espalda o las caderas? ¿Te cuesta mantener una posición erguida? Estas son señales de que tus pies pueden estar en pronación, lo que provoca un desajuste en tu pelvis.


Ejercicios de Fortalecimiento y Propiocepción para tus Pies


Si descubres que tienes pronación, trabajar en fortalecer tus pies y mejorar su propiocepción puede ayudar a corregir el desequilibrio. Aquí tienes algunos ejercicios que puedes incorporar a tu rutina:


Levantamientos de Dedos: De pie y descalzo, levanta todos los dedos del suelo manteniendo la base del pie y los talones en contacto con el suelo. Mantén esta posición por unos segundos y luego baja lentamente los dedos. Esto ayuda a fortalecer el arco y los músculos del pie.



Arrugado de Toalla: Coloca una toalla pequeña en el suelo y usa los dedos de lospies para arrugarla hacia ti. Esta es una excelente manera de fortalecer los músculos del arco del pie, lo que ayuda a reducir la pronación.



Equilibrio en Una Pierna: De pie sobre una pierna, descalzo, enfócate en mantener el pie equilibrado y estable. Intenta cerrar los ojos para aumentar el desafío. Este ejercicio mejora la propiocepción y fortalece los músculos estabilizadores en el pie y el tobillo.

Rodar una Pelota: Usa una pelota pequeña que puede tener textura y hazla rodar bajo el arco de tu pie para masajearlo. Esto ayuda a liberar la tensión y mejora la flexibilidad y propiocepción de los pies.



Al incorporar estos ejercicios en tu rutina, desarrollarás pies más fuertes y estables que te ayudarán a mejorar la alineación de la pelvis y el equilibrio en la silla. La clave es la consistencia y la consciencia: pequeños cambios en la mecánica de tus pies pueden llevar a grandes mejoras en tu experiencia al montar.

Ale

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